Sé más precavido: ¡Yo no lo fui!

¡Hola a todos!

Les cuento que a inicios de esta semana, estaba pensando qué escribir en el próximo post. Caí en cuenta en algo que me pareció muy interesante y que hace mucho no me pasaba: no se había ido la luz en un muy buen tiempo.

En paralelo a esto, sería bueno que sepan que todos mis dispositivos electrónicos siempre (o la mayoría de veces) se encuentran con una buena carga de batería, lo cual me permite no estar correteando de aquí para allá para agarrar el cargador, puesto que eso me da un poco de flexibilidad (justo lo que necesito para planificarme).

Pensé que sería bueno recordarles esto y otras cositas en el blog, hasta que llegó el jueves de terror. Ya tenía otro post preparado para ustedes, pero el jueves se fue la luz de mi casa en la noche y ese día sí que había tomado malas decisiones en cuanto a mis electrónicos. Aquí te cuento porqué:

UNO // Mi laptop personal

Había estado trabajando en mi proyecto, y veía cómo la batería iba bajando, así que dije: "cuando esté en 10%, comienzo a cargarla para la videollamada que tendré".

DOS // Mi celular

Quiero recalcar que este no fue culpa mía (o al menos no tanto). La semana pasada dejé mi celular en servicio técnico, y esta semana estuve usando uno un poquito antiguo, de esos que la batería pasa de estar de 100% a 80%, de 80% a 90% y de 90% a 15%, todo en 30 minutos.

Tenía como 40% y la verdad no lo vi tan peligroso, pero de ahí, tuve que pasarme al celular a seguir con la videollamada cuando la batería de mi laptop de acabó (en realidad cuando ya estaba en 5%) y claramente ya se había ido la luz.

TRES // Mi laptop del trabajo

¡Esta de aquí me salvó! Como les contaba, mi laptop personal si estaba en muere, y mi celular tenía 9% de batería y conociendo lo rápido que se bajaba en este celular, temía que al día siguiente no suene mi alarma.

Le conté a mi hermana lo que me pasó y me hizo acordar que podía cargar mi celular con la laptop (cosa que a mí ni se me había pasado por la mente), y eso hice, pero obviamente con la del trabajo, porque la personal no podía ni con ella sola.

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Después de este incidente, estaba en duda si escribir este post o no, pero también quise ser real y comentarles que por más de que te planifiques y tengas todo al día, puede pasar. Incluso si eres de las que siempre está al pendiente de esto, creo que un recordatorio nunca está de más.

Así ya para culminar este post, te traigo 3 lecciones aprendidas de todos los apagones que he vivido:

1. Apréndete para qué lado están apagados los interruptores, al menos para las habitaciones que más sueles utilizar. Al recordar esto, así no hayas estado en la habitación en ese momento, podrás asegurarte de apagar todo y no darte con la sorpresa de tener toda la casa con la luz prendida cuando regrese la electricidad en la madrugada.

2. Desconecta todos tus dispositivos. Al igual que con las luces en los otros cuartos, te aseguras que todo esté apagado cuando vuelva la luz.

3. Ten una linterna en tu mesa de noche. S A L V A V I D A S. No hace falta decir mucho más para este punto.

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Así que por favor, procura siempre tener tus dispositivos cargados para que no estés incomunicado o te quedes con un trabajo a la mitad por no tener batería.

Espero que hayas disfrutado este post y que te hayan servido estos tips, y que caigamos en cuenta que a todos nos puede pasar.

Si te gusto, compártelo con quien crees que pueda serle útil.

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Nos leemos pronto.

Un abrazo,

Andre